domingo, 10 de marzo de 2013

14 años acomodando el terreno para la verdadera Revolución Socialista

Inédito
Este artículo nace como respuesta a lo escrito por un amigo (puede revisarse en: http://venezuelaencaidalibre.blogspot.com/2013/03/socialismo-es-realmente-donde-nos.html). En su escrito, mi amigo argumenta que el Socialismo del Siglo XXI parece no está claro aun para sus propios promotores, y que al no existir formas claras de evaluar el progreso de la transformación hacia este socialismo (ni metas, ni indicadores, ni planes claros que se fundamenten en la teoría marxista sobre el control de los medios de producción), podemos terminar en un lugar que ni es Socialismo del Siglo XXI, ni es capitalismo, “pudiendo conducir esto a un sistema indeseable, incluso para los propios promotores de la Transformación Revolucionaria”.

A pesar de que concuerdo contigo acerca de la poca claridad con la que los voceros y figuras venezolanas responsables de la transformación revolucionaria han conducido "La Revolución", sobre todo en la demostración clara de cómo llegar a esa sociedad más humana y progresista, si percibo un modelo transformándose. El tránsito de la propiedad de los medios de producción que se está dando entre los grandes capitalistas y el Estado, dejando por fuera de la ecuación nuevamente a los más desposeídos, es una manifestación clara de un cambio en la lógica económica. Por otro lado, el conglomerado de leyes que se han aprobado y puesto en vigencia sobre el Estado Comunal, y su clara desvinculación con el proyecto de país defendido en la constitución de 1999, habla de un tránsito no lineal a un modelo no causístico de las condiciones sociales hoy, es decir, que se pretende avanzar hacia la transformación por medio de la disrupción, y no como un tránsito natural a un nuevo estadio económico, político social para Venezuela. Creo que ahí se encuentra el fondo de la Revolución, y que en el Estado Comunal se pueden entrever las bases del Socialismo del Siglo XXI.

Antes de adentrarme en mi tesis, me gustaría profundizar sobre 2 ideas que quedan del escrito de mi amigo y son las bases de mi exposición:
1.       Todo indica que los promotores revolucionarios no son precisos acerca de cómo quieren alcanzar el Socialismo del Siglo XXI. Estoy de acuerdo con esta idea, pero no creo que su falta de rigor se deba a que los promotores del Socialismo del Siglo XXI desconocen el cómo lo quieren alcanzar. Creo, más bien, que no tienen interés en precisarlo.
2.       Los resultados de esta transición puede que sean indeseables incluso para ellos. Aquí no estoy de acuerdo. Concibo más bien estos últimos 14 años como una marcha lenta hacia la destrucción del Estado liberal democrático, y esta marcha la entienden los promotores del Socialismo del Siglo XXI como un fin político que puede tener costos económicos y sociales asociados al alcance de este fin. Que la desigualdad no haya disminuido como esperaban, o que la inflación se haya conservado alta, son costos asociados a la victoria política de mantener y acrecentar el poder del partido y el buró político dominante.

Mi tesis: Concibo estos 14 años como la fase preliminar a la Revolución. Preliminar porque todo lo realizado por el gobierno se ha enfocado en preparar las condiciones para la imposición del Socialismo del Siglo XXI. La política económica y social de los últimos 14 años han sido una respuesta a la coyuntura política concentrada en mantener y acrecentar el poder del equipo dominante, pero atacando la base cultural del sistema y destruyendo a los potenciales adversarios. Es así como los idearios y cabecillas promotores del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela no sienten la preocupación de hacer explícito su modelo, porque no creen en mecanismos democráticos para la implantación del socialismo. Siento más bien que se trata de preparar las bases para una imposición (por la fuerza, sin diálogo, como se hace siempre en una revolución) del Socialismo.

Visto desde esta perspectiva, los planes hasta ahora esbozados y compartidos son más aspiracionales que la definición franca de un derrotero de acción. Y es lógico que sea así, porque si como promotor de un ideal revolucionario, que pretende cambiar las formas clásicas de dominación y conoces que los actores dominantes no permitirán este ideal, entiendes que la única forma de alcanzar tu ideal es por medio del control político absoluto, que se alcanza por medio de la imposición y la fuerza (clásica concepción marxista, y que se avala en la historia de la Revolución Cubana). Pero como promotor, entiendes al mismo tiempo que los ideales demócratas tienen un gran asidero en la sociedad, entonces sabes que no puedes hacer explícito tu plan. Esta opinión -personalísima por demás- se soporta sobre el propio tránsito de Chávez al poder. El siempre fue un hombre convencido del uso de la fuerza para el alcance del poder, pero por esta vía fracasó. Al tener éxito respetando los canales institucionales y ejercer poder desde una estructura burocrática producto del estado liberal burgués, la única forma posible que le queda de implantar su proyecto es destruyendo poco a poco la institucionalidad liberal del Estado, fortaleciendo la imagen personal del líder y sustrayendo poder a las potenciales resistencias.

Si este fuera el caso, el proyecto de poder, el Socialismo del Siglo XXI, debe encontrarse más en las formas disruptivas del gobierno y no en los canales institucionales. Lo que quiero decir, es que dan más información sobre el Socialismo del Siglo XXI aquellos elementos del gobierno que van claramente contra el Estado de Derecho actual venezolano. Así, todas las leyes que contrarían a la constitución y que avalan la construcción del Estado Comunal, dan más información del proyecto socialista que lo que se puede encontrar en el Plan de Gobierno (ojo, el Plan de Gobierno si es valioso en el sentido que ofrece información acerca del "Qué" del ideario socialista, pero da muy poca información acerca del "Cómo" y a falta de eso es imposible descubrir todo el discurso revolucionario, o tener precisión sobre el Socialismo del Siglo XXI).

Finalmente, esta tesis que hasta ahora adelanto encontraría evidencia en los últimos acontecimientos. La muerte de Chávez se ha manejado con un componente altamente simbólico, cargado de emocionalidad que busca conectar a todo el pueblo, a la sociedad, directamente con Chávez. Esta conexión, religiosa, divina, se pretende imponer sobre la institucionalidad democrática, así, el proyecto revolucionario debe avanzar, incluso si encuentra en su camino a una institucionalidad que se le opone.

Como conclusión, puedo estar de acuerdo con tu escrito Guillermo, pero menosprecio el hecho de que no estén explícitos los fundamentos del Socialismo del Siglo XXI, porque no considero que haya sido un desliz, si no, por el contrario, lo entiendo como la afirmación de un proyecto político que encuentra enemigos en una sociedad claramente moderna, con una cultura global, que no aceptaría la imposición de un modelo que necesite destruir la institucionalidad actual para existir.

Los venezolanos creemos profundamente en la democracia, y no la entendemos fuera de la institucionalidad del Estado liberal, y eso hoy es un gran obstáculo para los promotores del Socialismo del Siglo XXI, y creo que estos 14 años que vivimos con Chávez, han sido el tránsito lento para la implantación del Socialismo. No puedo afirmar que haya culminado esta fase preliminar, pero si puedo afirmar que ahora, sin Chávez, no les queda otra opción que avanzar sin máscaras a la imposición de su sistema.

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