domingo, 24 de junio de 2012

Lejanía

Inédito, escrito el 19-10-2008.


Si soy yo quien te llama, alma lejana. Perdida estás por los mundos de Dios, estos que existen unos sobre otros y como historias viejas nos impiden vivir la nueva, que es nuestra, que nos da vida, que nos ilumina. 


Te deseo con desesperación, pero mis labios no te llaman, no se atreven a decir tu nombre. 


Hay presión en mi garganta, me asfixia. Vuelvo a entender que soy humano, limitado por mis incapacidades de aprehender lo real, de conocer lo sensible, lo mágico, el ser en su esencia. 


Soy yo quien te llama, soy yo quien no habla. Las palabras, la voz, el pensamiento, todas herramientas inútiles a nuestro consuelo. 


Mi único consuelo es tu compañia, son tus ojos, es tu boca, es tu melancolía. 


La adrenalina no se aleja, y en la emoción, en la sublime sensación, tu melancolía me llama. ¿Eres tu amor, que tras la neblina me necesita? No te veo, pero mi corazón palpita, vibrante, me llena de alegría, es tu voz, tu imagen en mi corazón, los que lo regocijan.


Sin ti ya no hay vida. No quiero existir, no quiero, sin ti mi vida es sólo duelo.


Otra vez, de nuevo, mi corazón se agita, ha descubierto que todo era una fantasía. Estas lejos, en otra bahía, y yo aquí, solo con mi melancolía

El reloj no se detiene, y el tic tac me envejece. Ya las horas pasan y aquí sin poder verte. 


No se si es ilusión, pero mi vida la comparto con el sublime aroma de tus pechos. 


No se si es ilusión, pero mis pasos siguen tu eco. 


No me importa nada, y nada me detiene en esta sinfonía, donde los seres del tormento se apoderan del momento. 


Estoy triste, y no por tu partida, estoy triste, es por la lejanía, que se ha hecho inmensa, que se siente eterna.

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